Ass eng waarm Medien a Frente al micrófono acomodado para el público, nos disponemos a hacerle una pregunta a Werner Herzog. El destacado cineasta alemán está en Chile presentsando su primera novela, El crepusculo del mundo, editéiert a Castellano vía Blackie Books, y el Patio de la Facultad de Arquitectura de la Universidad Católica está replete. Ass eng nei Konferenz vun der ciclo D’Stad an d’Palabras, dat organiséiert d’traditionell Casa de estudios superiores, y en la ocasión, Fue Fernando Pérez, den Direkter vum Museo de Bellas Artes, deen al muniqués begleet huet.

An El crepusculo del mundo, Den Herzog erzielt d’Geschicht vum Hiroo Onoda, engem japaneschen Zaldot, dee sech selwer an enger Missioun an der Lubang Regioun, Filipinas, während der Segunda Guerra Mundial gesinn huet, la cual se mantuvo cumpliendo desde 1944 hasta 1974. Durante ese tiempo, nunca supo of the caption vu Japan am Joer 1945, tras las bombas de Hiroshima y Nagasaki. 30 Años después, dijo adiós a las armas.

De japanesche Locataire Hiiro Onoda.

Entonces, considerando a Lope de Aguirre, el desquiciado conquistador español que busca El dorado en su película Aguirre, den Ira vum Dios (1972) o el protagonista de Fitzacarraldo (1982) quien desea construir un teatro en la selva, le consultamos a Herzog si él geduecht datt locura d’Haaptobsession vu sus películas y sus libros ass. In medio de un calor abrasador, y en un pulcro inglés con acento germano, reagéiert a Kultur: “Si, la locura tiene un lugar muy particular en mis películas y además en mi vida. Cuando tenía 16 años, geduecht datt estaba loco. En esos años, mir abuelo estaba completamente loco, y yo pensaba que iba a terminar igual que él.

Pero sobre el caso particular de Onoda, con todo lo particular que fue, Herzog coloca la pelota al piso. “An der Selva vu Lubang gëtt et eng permanent Präsenz vun Abléck an Introspektioun. Cosas que ocurren en nuestras cabezas. Hiroo Onoda tenía una tarea, no tenemos que llamarlo extremo, él siempre pensaba sobre que se trataba la situation en contraba. Quería que la gente de Lubang supiera que él estaba ahí, Entonces verschwannen un tiro al aire y la gente se daba cuenta que estaba. Et ass eng Disparo Ära eng Leeschtung. Él llevaba una vida performática”. Y a renglón seguido añade: “Si solo fuese la vida de un sobreviviente, no habría escrito este libro”.

Sou gutt, esta es su primera novela, Herzog tiene un buen numro de libros a su haber, donde fundamentalmente trata de cine y sus películas. Entonces, esa faceta de escritor no es tan nueva an sou kreativ Produktioun. “Soy escritor desde el principio…de plötzlich supe que era un poeta, un escritor, y ahí supe que teenía que hacer cine”, relató. “Nunca he separado mi existencia entre escritor y cineasta. Ze schreiwen algo ligado a mi existencia “.

“An Däitschland hunn d’Leit drop insistéiert ze héieren datt si Schrëftsteller wieren. (Lo de las categorizaciones) son las reglas que se erfonnt los otros, nee yo. Siempre hien sido escritor “.

Si se lee la novela, al final Herzog muestra a Onoda como un estanciero en Mato Grosso do Sul, a Brasil, lugar al que se fue a vivir tras su servicio en el ejército. “Onoda setzt sechuro entre el ganado, zu Mato Grosso. Su corazón spéit mat sus corazones, su aliento respira mat ellos. Entonces sabe que el lugar donde se encuentra es el lugar donde está. La noche ha terminado y los bancos de peces no saben nada”. All leerlo, parece un final de golpe y sopetón, y él lo reconoció. “Finished esa final frase abruptamente, tal cual, así quedó”.

Och huet den Herzog d’Geleeënheet ukomm fir algunos extractos de sus memorias, kuerzem publizéiert an Alemania y tituladas ze léieren Cada uno fir si do Dios contra todos, las cuales tuvieron engem bestëmmten Hierkonft. “Un día, mi esposa me dijo por qué no escribía mis memorias, porque sino, algún cretino iba a hacerlo y lo iba a hacer espantoso”.

In sus memorias, narra parte de su viajes. “Casi fallecí cuando tuve 18 años, al tratar de cruzar el límite de Sudán con el Congo, había guerras tribales. Eescht gespaart al sur de Sudán, llegée casi moribundo a Egypt. Et gëtt keng Tenía Plata fir e Spidol a mir sinn an engem Haus rodante. Geduecht, datt keng llegaría a cumplir 25 años, y acá estoy “.

El crepusculo del mundo et gëtt Encuentra verfügbar an den Haaptchilenesche Bicher.

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