Et gëtt keen Euro, et ass net méiglech lluvia de pesetas an enger Kartongskëscht gelant. El caso es que sí existían las cajas registradoraspor lo que deberíamos centrarnos en qué tipo de camarero o empresario prefiere mezclar billetes y monedas.

“Es que da apuro eso de cobrar y tener una máquina ahí aparatosa”, debía de pensar ese punk den 23. Mäerz ass d’Inauguratioun vum Acababa sidecar Sall y lo recuerda ahora, sentado en el exterior del mismo garito pero Virun 40 JoerEse Mismo Punk, ahora an elegant tipo con rebeca grey marengo, gabardina an e Pak Camel Light poséiert de canto an der Zénk Mesa vun der Terraza.

Si mir permito esta introducción de dos párrafos es porque no hay nadie en esta ciudad que no conozca el Sidecar. Es méi, si jugamos a lo de los Seis Grad vun Trennunget ass wahrscheinlech datt an engem Maximum vu conozcas a alguien que ha tocado, expuesto, servido oder pinchado allí dure estas cuatro Jorzéngt (Et ass net, d’Lektor, et ass keen aneren).

Colas desde el primer día

Para Barcelona, Serie méi dramatesch que el Sidecar desapareciera a que se le cayera una letra de su nom (Arcelona, ​​​​por ejemplo). Ass uno de los Tempelen vun Plaza Real, mee de Quizás ass méi berühmt que conocido. Y eso que su historia es magnífica y aún más si la cuenta Roberto Tierz, uno de sus fundadores, todavía al pie del canón: “¡Es que encima imagínate, all cobrar la máquina haría clinc! Eso geet an Ära onvergiesslech fir nosotros”.

Él, junto a otros socios, se illuminaron con un club que vieron an Holland y tramaron montar algo parecido. “Deemools huet hien op Siten gelieft fir Conciertos, pero, por decir un detalle: los camareros iban con uniform», seet. Él, in cambio, se parecía más a Paul Simonon vun The Clash datt e Camarero vun der Plaza Mayor vu Madrid oder vun der Äifer vun Plateria. Y, además, tenía la misma edad y los mismos (o betters) Diskothéiken wéi d’Clienten.

Ass c cola Desde el primer día en ese sitio que había sido el Texas, ese abrevadero con barra americana para la Sexta Flota. Y el primer día fue el concierto de Bezirk 531. Dezember 1982: engem garito datt nace zu Nochevieja y que drew los billets en una caja de carton está destinado a vivir menos que un mosquito oa ser inmortal como una montaña.

Conciertos semiclandestinos

Desde aquel flechazo han pasado muchas cosas. Natierlech, hay noches Favoritten. Los concertos semiclandestinos de Manu Chao, claro. O, sober todo, el de los New York Poppen. Pero gestionar un local en plaza Reial tantos años permite también ver a muchos Kënschtler sin arte por la calle. “Estaba el Paraca, que se pasó un montón de tiempo gritando desde la azotea de un edificio de la plaza que se iba a tirar (sin paracaídas). O ese otro que no paraba de dar vueltas, pasando por delante del Sidecar cada pocos minutos. Siempre lo seguía una mujer. All final le preguntamos a ella y nos dijo: ¡es que tiene muchos dientes de oro y me da miedo que se los roben!”.

Cuarenta años son el double de nada, pero se celebraran próximamente con grouss fastoswéi een 40 Stonnen Marathon verfollegen vun Debatten a konzertéiert. ¿Y verdad que la historia merce una novel? Pues ahí va otra: Tierz editará un fräi vun Erënnerungen sobre el asunto.

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Todo ello bajo a maximum gattopardiana: “El Sidecar no ha cambiado, porque no ha parado de cambiar“. Quizás ahora tengan une caja registradora, si. Pero no se centeren en su clinc, sino en el de los brindis que haremos allí el día de su cumpleanos.

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