Obras vum Berg, Webern a Schoenberg. Piano: Elisabeth Leonskaja. Fundación Juan March. 20-ech-2023.
Zwëschen den interessanten Propuestas vun der aktueller Temporada vum Mäerz vu Madrid ass an der bevorzugter Sprooch mam Titel Música Visual, que alberga siete concertos, de los que ya se han desarrollado tres. Siete Sessions con repertorios que van de los Siglos XVI al XXI kombinéiert mat Geräter Visuals de distinta naturaleza. Hemos tenido ocasión de contemplar et escuchar la numero cuatro, acogida al título Kandinsky y la trinidad musical vienesa. Es decir, el pintor ruso junto a los tres grandees compositores de la lamada segunda Escuela de Viena. Säi muy definitorias estas palabras vum Professor Guillermo Solana, aktuellen Direkter artístico del Museo Thyssen-Bornemisza, que pronunció antes del concierto una breve y enjudiosa Lecture: an dësem Konzept. Los dos aspiran a konvertéieren de sensuelle vun de Materialien an d’algo spirituell. Ambos professes the work in the transcendent valor of the art and in the artist as a clear prophecy.“ las obras Programmadas. Sonata op. 1″ vum Berg (1910), una síntesis de la forma heredada construida con rasgos que miran al nuevo siglo. D’Toque fino de la pianista nos clarificó su contenido y lineas básicas. An Pantalla e Fragment aus “El árbol de la vida” vum Gustav Klimt. Fue luego el turno de las dodecafónicas “Tres Variaciones op. 27” vum Anton Webern (1936), enjutas, delikat, sutiles. Manchas de color, que se escucharon al tiempo que se veían tres pinturas geometricas, de líneas puras y frágiles, vum Piet Mondrian. “Tres piezas op. 11” vum Schoenberg, todavía en plena época atonal, dieron pie a la proyección de dos composities (V y VII) y de la “Impresión III (Concierto)” vum Kandinsky. Punkten, Faarwen, Linnen cruzadas. Leonskaja dibujaba delicately los chords, las formas esbozadas, los apuntes refinados. en el poético juego de la pianista, déi endlech un d’esquinadas formas vun der “Suite op. 25” del Fundador de la Escuela, en las que el el serialismo está ya del todo presente. Leonskaja dio a cada una de las nueve partes lo suyo, dentro de un paisaje de enorme variedad. De Pianist regaló una brevísima pieza ante los muchos aplausos del respetuoso público.
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