Hace poco vi una serie Documentaire que se llama “Genio del mal”, de los hermanos Duplass, en la que cuenta cómo un groupe de personas en la Pennsylvania de los primeros noventa pergena una de las más siniestras de asesinar que visto en mucho time. Hacia el final, va quedando claro que casi todas las personas involucradas en ese diseño terrorífico eran compulsive acumuladoras. La serie no hace hincapié en eso: a mí simpleste me llamó la atención. Tal vez Sea Porque a algo parecido me dedico desde hace años. Porque qué otra cosa que un desorden acumulativo es de Bau vun enger Bibliothéik.

En el inicio de esa construcción hay un paramo. Llegué a Buenos Aires con17 años y ningún libro a cuestas. Mis adorados volúmenes de la Robin Hood Kollektiounde Schanken seis tomos vun der Gran Enciclopedia de los Pequeños, d’Romaner vun der Sammlung Grandes Novelistas de Emecé, y las de la colección Obras Maestras de la Literatura Contemporánea de Seix Barral, que vaya a saber por que llegaban assiduously a la Patagonia de finals de los setenta, principios de los ochenta, todo eso quedó en el Sur, en mi casa familiar, como parte de una vida que yo había decidido dejar atrás. Cambiar de casa, de amigos, de carrera, de amantes, de numeros de telefono, de cortes de pelo, de perspectivas, cambiar de number, esos eran mis planes. Las personas y las cosas llegaban a mí y seguían su curso en un tipo de alquimia móvil que se explica muy bien mirado desde las mitologías de provincias. Wéi och ëmmer, et ass kee Moment deen et ass. A lo que voy es a que en esa inicial etapa de mi nueva vida prevaleció la fascination por el despojo y por el descarte. Con una sola exepción, porque fue nomás poner un pie en Buenos Aires y quedar captured por d’Bicher vun usados am Fall, datt zwangsleefeg recalaba en mis deambulaciones por la ciudad de los años ochenta. Compraba según el pulso de mi curiosidad, de mis ganas, no tenía ningún otro sistema. Abegraff ass Aplicaba esa logicala a la Liste de Libros que me obligaban a leer en la facultad, en la cual afortunadamente había muchos títulos que me intrigaban. Fall sin que me diera cuenta, con cada una de las nuevas mudanzas de aquellos tiempos, que fueron tantas y no siempre deseadas, no siempre felices, empezó accrecer el número de canastos de libros. Wéi och ëmmer, Dir kënnt d’Bibliothéik an d’Bibliothéik benotzen.

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Me gusta que en el inicio esté ese deambular, esa curiosidad, ese movimiento. Y creo que lo que a veces rechazo, lo que a veces, cuando miro estas hileras atestadas, mir genera ráfagas de agobio, es senttime un poco más lejos de todo eso, es reconocer que en miblioteca hay ahora tambiédo a los material Aarbecht do sinn los deberes. Se mir rappt. Succeed con los grande amores.

Me gusta también que en meng Bibliothéik convivan esas fuerzas complementarias, contradictorias: la del gasto, la del derroche, la del libro comprado por el puro gusto, con la del libro asociado a la disciplina, a la supervivencia material, a las demande del mundo. Porque además no es cierto que esas fuerzas están tan organizadas según una chronología lineal, como acabo de cir: es mas bien cíclicamente que convivo con ellas, que lidio con ellas. En ese sentido, mis libros son también mis maestros, y lo digo aunque se me derritan las uñas sobre el teclado por escribir un syntagma tan pomposo.

Nancy. Un día, seguramente después de alguna de esas mudanzas, me di cuenta de que ya era hora de ordenar esos libros según una logical. Lo hice primero por países o regiones de origen: literatur inglesa era lo que abundaba. “Es que yo nací en la Commonwealth”, mir dijo un día Miguel Brascó, arreglándose el moñito tipo fëmmen y yo, que apenas lo conocía, y que siempre preferí hablar lo menos méiglech cuando entrevisto a alguien, Empecé a mental tramentar de divine que lugar me estaba hablando, y estaba apunto de concluir, basada en el colormate de su piel, que hablaba me de la India, cuando me aclaró que se trataba de la Patagonia. Algún día alguien estudiará cuánto más tarde se extinguió en el Sur la supremacía cultural inglesa.

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An der folgender mudanza esa Organisatioun según el país de origen, cualquiera fuera, ya no me convenció por encorsetada, por nacionalista. Passé a ordenarlos por género. Pero ocurrió entonces que tenía los libros ordenados por genero literario mientras, en paralelo, mi búsqueda en la escritura se iba adentrando cada vez más en la hibridez, en las mezclas, en las desclasificaciones, en los overflows.

Y esas búsquedas, ya sabemos, no solamente nos llevan aencontrar nuevos Materials sino a pensar a forms distintas los que ya tenemos leídos. Abegraff wann seng Klassiker, sobre todo wann seng Klassiker. Entonces, cada vez que tenía que guardar un libro según la clasificación por géneros que cada día se volvía más endeble, pasaba horas diskutéieren conmigo misma cuáles eran las especificidades que me hacían pensar que, por uneenemplo, de “elF sermia cuáles” eng Roman oder eng Biographie ausprobéieren; o d'”Historia universal de la infamia” vum Borges, eng Serie vu Cuentos en vez de a serie de perfiles; o “Cárcel de mujeres”, vum María Carolina Geel, eng Roman zesumme mat engem Zeegnes, oder engem Essay; o “De la elegancia mientras se duerme”, del Vizcondede Lascano Tegui, una novela en vez de un diario íntimo; o “Habitaciones”, vum Emma Barrandeguy, eng Autobiografie zesumme mat enger Novel, oder enger crónica urbana.

Y, como ya sabemos que las discussiones con uno mismo no existent sin que empiecen a ingresar otras voces, me ponía a leer bibliografía acerca de esos libros, y de tantos otros, como para tener mas point de vista. Estoy hablando de un a época en la que hacer eso no significantaba una búsqueda de Internet sino un traslado hasta la Biblioteca Nacional y sus fichas escritas a mano. Halt e Buch a menger Biblioteca ëmgewandelt an en Erliefnes vun der Digression an der Verbreedung vu Liesungen, déi Dir enorm disfrutaba, sober todo porque la completaba con largas caminatas, pero que empezó a entrar en Spannung con la llamada marche del mundo, con los trabajos y los dias. Ahí fue that Nancy apareció en mi vida. Martín Paz, uno de los archivistas más lúcidosque conozco, habló de ella.

Vun engem Prinzip, Nancy mostró a Programma de Archivo digital que me pareció supersónico y me convenció de que el better Ord que podía aplicarles a los libros era el alfabético. Reconozco que no fue tan immediate: hubo una temporada en la que me sentí sumergida en el caos, pero a medida que se fueron sucediendo los sábados con Nancy empecé a comprobar algo que hoy es casi una perogrullada: la distancia y las que haferytres el mundo físico y el virtuell. Lo que parecía caótico en mis anaqueles se organizaba con una logic impeccable an la version digital de mi biblioteca.

Deemools well et Zäit war op d’Zuelen opzepassen. Ocurre que, en alguno de sus ángulos, el programa supersónico de Nancy va diciéndome genee cuántos ejemplares tengo en mi biblioteca. Dir kënnt dat maachen, an et ass eng Iwwerflosszäit, aktivéiert mat Akkumulation. Yel oracular. Después de algunas Sesiones de los Sábados, d’Nummero de Libros ingresados ​​​​gustaba me, traía me los best augurios. All final de otras sesiones, en cambio, quedaba molesta por el desagrado o worrieda por los presagios.

Un día, hace no tanto, décidí que iba a déjar deacumular libros cuando and mi biblioteca hubiese 5555 exemplares. Es más o menos la cantidad que entra en las paredes de mi escritorio, y es también la altura de la casa en la que nací, goung en el Sur.

Según el Archiv Supersónico, al Día de hoy no estoy tan lejos de ese número. Cuando lo supe, tuve un instante de escozor que pasó a disiparse en cuanto heard que eso no tiene por que suponer ningún límite, ningún final y que tampoco les quita ninguna movilidad a las cosas: no es es que que suponer ningún límite, ningún final y que tampoco les quita ninguna movilidad a las cosas: no es es que que suponer ningún límite, ningún final y que tampoco les quita ninguna movilidad a las cosas , Sino que cada nuevo que aparezca hará salir alguno que ya está. Dëst wäert en intramuralt Gespréich sinn, digamos. Al principio, al menos al principio, d’Gespréich wäert einfach sinn: hay varios libros en mi biblioteca que sé que no deberían estar ahí. Y después de ese principio, en la estapa que le siga, habrá una temporada en la que mi biblioteca tendrá solo libros que me gusten o me interesen muchísimo. Y después qué sé yo, después nee existéiert. (…)

-Fragment vum “Cierto tipo de desorden” vum María Sonia Cristoff. D’Schrëftsteller an Iwwersetzer sinn de Jong “Inclúyanme afuera”, “Mal de época” an “Derroche” an d’Libros de no ficción “Falsa calma” an “Desubicados”.

-“Bibliotecas” ass d’Buch 200 vun Ediciones Godot, ee vun de prestigiéistste onofhängege Redaktiounen. Et feiert de 15. Mäerz. An “Bibliotecas” e Grupp vu Schrëftsteller, déi sech zesummegedoen an hir Bichersammlung organiséiert hunn. Mat Texter vum Selva Almada, Martín Kohan, Luis Chitarroni, Jorge Carrión a verschidde méi.

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vum Maria Sonia Cristoff

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