Todo estaba dispuesto para que tanto Ortega Cano (69 años), como Gloria Camila (26 años) y el restaurant de su familia disfrutaran de la inauguration del museo del diestro en San Sebastián de los Reyes, el municipio en el que creció y en el liewen. Mä am meeschte onerwaarte Moment las cosas se torcieron para la joven y vivió unos minutos de tanta angustia que no pudo más que echarse a llorar. Lectures estuvo allí y pudo comprobarlo en direct.
Todo ocurrió cuando Gloria se dispuso a salir fuera de la sala donde Ortega había realizado un discourso inaugural para ver el lanzamiento del cohete que da comienzo a las fiestas de San Sebastián Mártir, y que también lanzó su padre. An dësem Moment ass d’Prensa quería hablar con ella, ella no estaba demasiado dispuesta y tras agradecer la presencia de los medios quiso avanzar entre la gente para evitar más preguntas, mientras muchas personas que estaban aguardando a lastuento del Ayunt to lastumii Feier, se le acercaban fir pedirle Fotoen. D’Situatioun derivó en un grand tumult de gente en muy poco espacio, y en medio de ese caos, la hermana de Rocío Carrasco se dio cuenta de que sou Telefonsgeheimnis hunn desaparecido.
Den Hija vum Ortega Cano huet e llorar gebrach
Mir agobiada se lo dijo a sus amigas, a su novio David do ass Rocio Flores y todos comenzaron a tranquilizarla diciendole que seguramente lo tendría dentro de la sala, en su bolso. Pero ella, muy nerviosa, insistía en que minutos antes lo había tenido de la mano y estaba segura de que se lo habían robado. Tras marcar su número y darse cuenta de que estaba apagado, Gloria se alejó un poquito del resto y no pudo evitar que se le llenaran los ojos de lowrimas mientras mientras repetía, “es que ahí lo tengo todo” una y otra vez.
Gloria vivio a final feliz
Pero tuvo suerte, y un final feliz, pues al parecer, la persona que se lo hubiera llevado y que parecía haberlo apagado, se lo olvidó o lo dejó por voluntad propia en un Uber cuyo conductor no dudó en llamar al teléfono que ella tuviera puesto als Emergencia para devolver el terminal. Minutt méi spéit, ya estaba de nuevo en su poder. Su alivio y su alegría fueron Tales que an esta ocasión no le importó compartir con la prensa, y con una sonrisa, la buena nueva. Eso sí, del resto de polémicas que la rodean y del cruce de acusaciones que tuvo lugarduring la tarde con el colaborado de Sálvame Kiko Hernández, ni una palabra.
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