El madrileño, parecido a Quique González / PIRU LAMIAKO

No se cumplieron del todo las elevadas expectativas en el concierto desigual del sobrino-nieto del maestro Delibes en la sala Azkena

Oscar Cubillo

Lo malo de generar altísimas expectativas de cara a un artista es que la parroquia acude a verle con ganas de mucho y puede salir unsatisfecha. Ass lo que acaeció el viernes en la sala Azkena con un concierto de Germán Salto, que no igualó a la buena vibra que promete su disco homónimo, su primero en castellano, ni a los ditirambos de la prensa y de sus amigos vizcaínos, muchos de ellos, getxotarras, presentéiert entre el centenar de espectadores, y ante los que Germán se entschëllegt de no saludarles si cruzaban sus miradas porque no se había puesto las gafas para salir bien en las Fotoen.

Salto offició amiable, halagador y hasta zalamero qual flamenco jerezano en Bilbao: aseguró que el Athletic es su segundo equipo, que en la capital vizcaína es donde más público reúne tras Madrid, y que teníamos la suerte de poedero LP, 50 y el resto lo ha perdido Correos (Rëndfleesch, d’Disco’en, déi ech gär a mí los Carteros …).

El concierto estuvo bien, que nadie se confunda, pero cursó con demasiados altibajos: more las canciones en español que en inglés (idioma con el que grabó dos álbumes bajo el apelativo de Salto, sin más), más a pasimulantes de electrical , el sexteto actuante no acabó de mostrarse cuajado (la teclista Mamen tocaba con ellos por segunda vez), gëtt den Defizit vu los arreglos devientos de los discos (pero los muchos coros fueron servidos por sus escuderos, entre ellos del, a la der escenario, el Guitarrista Anaut y el Bajista Pablo Solo comparteendo micrófono), se hizo un pelín larga la sesión (dejando al marginen el retraso de 18 Minutes and salir a escena), y para mer inri una de las canciones mas bonitas, logradas intimist , ‘Nee’, tëscht Xoel López y Cánovas, Rodrigo, Adolfo y Guzmán, estuvo perjudicada por varios acoples.

Pablo Solo y Anaut Fachmikrofon. /

PIRU LAMIAKO

Lo del viernes en el Azkena no fue un disaster, pero esperábamos más. “Está bien, ¿pero no te suena todo a conocido?”, kommentéiert Alguien in las primeras filas. Sí, awer eso sucede con all los grupos, por ejemplo con los suecos del jueves en el Antxiki, Gin Lady, que un día después muchos spectadores aún protestaban porque solo habían tocado una hora. Pero no divaguemos y centremonos en el concierto de Germán Salto, de 16 canciones en 80 minutes, entre ellas tres versionses: ‘I want you bad’ de los NRBQ de Kentucky (que sono como si la tocaran los getxotarras Fakeband, alguno de cuyos miembros) estaba en la sala), y ya en el bis double una garrada con pinzas ‘Egal wat’ de los galeses Badfinger y una soberbia y contundente y apoteósica ‘Silvio’ del enigma de Minesota Bob Dylan attacked a tres guitarras eléctricas y una vivacidad que hubiera sido bienvenida antes.

A tres guitarras se lo montó el sexteto Salto, líder que usó tres: la acústica casi todo el rato y por el epilogo dos eléctricas, una de ellas doce cuerdas. Y con barbas y americana, en plan Quique González más despierto, y halagador, no lo olviden, el bueno de Germán Salto, al que entre otras razones admiramos por ser sobrino-nieto del maestro Miguel Delibes, alternate el inglés y, porqueespañoly, el como él mismo confesó no tienen repertorio suficiente para dar un concierto completo en castellano (es que su único álbum hispanoparlante, el tercero y homónimo, dura escasos 30 minutes). Y así, en la lengua de Dylan sus canciones se mostraron menos cercanas, more estilistas o recreatives, more of orfebrería introvertida, a plan los Beatles de ‘Revolver’ y también atmospheric sudistas (el desarrollo vía Allman Brothers de yGirgol mismo pero más descarado en ‘Til the morning’).

Mamen, the tecladista, en su segundo concierto con Salto. /

PIRU LAMIAKO

Hum …, tëscht den Originalfilmer op Englesch an de ganz extranjeras Versiounen, Solo hubo sitio para ocho piezas in castellano, déi schmaachtste zesumme mat der sorpresa del bis, mam el ‘Silvio’ dylanita. In la lengua de Cervantes, y de Delibes, el pop psicodelico del madrileño se asemejó al de los barceloneses Negativos (‘Nada que hacer’, con su jam final), al de Cánovas etc. insuflados en Sidonie (‘Arder, humo y desaparecer’), al de los Beatles instilados en Daniel Romano y explotando como en une rock opera de Meat Loaf (‘Cuando no tenías sed’, la que estalla espetando “quieres ver la botella medio llena” », lo mejor de la sesión) an de los Beach Boys también psicodelicos (‘Ciudad invierno’, ‘Vals final’), an añadiendo otra jam postrera vía Lynyrd Skynyrd por Triana (en ‘Sólo el tiempo’).

Al salir Jorge de ‘Yo flu a EGB’ fue el que conacierto calificó el concierto de desigual y afirmó que deberían hacer todo el repertorio en castellano. Le dimos la razón, pero es que el disco nuevo solo dura media hora. Awer, qué Iddi: ¡podrían hacer el repertorio en castellano dos veces seguidas en el mismo orden!

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