La estrategia del pan y circo es tan vetusta como la antigua Roma. Aquel imperio creó la que a día de hoy continúa siendo la joya de la propaganda: el poder ofrece ocio y alimento al pueblo, y a sus espaldas directs su camino. O Mier, bewaacht d’Apariencias. D’Basis vun der numerosas Politik, awer virun der Todo de las guerras. ¿Cómo se convence a una ciudadanía de que su país se va a sumir en una? Más allá de la ideologie, déi gréisst Optioun ass d’Ofdreiwung, an alsi vive la ciudad moscovita a ojos de Pável Filátiev. “Es fácil apoyar la guerra viendo vídeos propagandísticos sobre el poderío del Ejército ruso mientras estás a mil kilómetros del fango, la sangre y el hedor de la muerte”, asegura un soldado que ha vivido, visto, olido y experien de la lue el frente de la guerra entre Rusia y Ucrania.

El relato datt Filátiev offréiert an “Zou. El soldado ruso que ha dicho no a la guerra de Ucrania” (Galaxia Gutenberg) Et ass en Antidoto y Contrapunto del Pan y Circo, y Llega a Ser asfixiante. Con una sinceridad que verspriechen como absoluta, el soldado –actualmente vive en Francia, donde le concedieron político asylum – gemellt op engem Paso als vivió aquel 24 de Februar, wéi como sus reflexiones dos meses después de dejar el frente por enfermedad. Erzielt d’Incertidumbre a la que estaban sometidos los Soldaten dure el comienzo de la Invasion, así como los firstros enfrentamientos, las firstras veces que vio cadáveres y sangre derramada, o lo que que conlleva formar parte del Ejérciidad ruso en la actualité. Todo, con un lujo de talls que permite hacer vers all lector lo que lleva pasando desde hace casi un año en la inmediata actualidad. Una obra dat, sou gutt gëtt am Idioma ruso de manera gratuita verdeelttambién está disponible en otras lenguas, justifiéiert datt “no puedo hacer que nuestro Ejército retire a casa, pero sí contar mi experiencia”.

De “Krich” Palabra ass a Russland verbueden, awer de Filátiev benotzt se ouni zemor a las consecuencias, aún sabiendo que éstas son tan duras como reales. Si algo destaca a lo largo del libro es der incessant perplejidad vum Auteur vun den Deeg vun der Comienzo vun der Invasioun: “Nadie, jamás, me dio una explicación”. “Adónde nos dirigimos y para qué?”. Hasta que, schlussendlech, “Yee me cabe duda: hemos invadido Ucrania …”, schreift el soldado, que “entendre que estaba ocurriendo algo muy gordo, tenía varias ideas, pero me parecía imposible que la hubiéramos atacado sin más . Wann EE UU an de Krich mat nosotros koum, el alcance del conflicto sería enorme, alguno de los contendientes acabaría utilizando armas nucleares, joder, qué locura…».

Me parecía imposible que hubiéramos atacado Ucrania sin más

Sinn tapujos

A lo largo de las páginas, Filátiev beschreift desde el sonido de un obús hasta las condiciones inhumanas de su Ejército. “Falta de comida, agua, sueño, ropa de abrigo an normal Basisprodukter», seet. En el frente, el soldado vivía en un burbuja aún más inflada por la escasez informativa, pero ante todo vivía en la insalubridad más absoluta. “Recuerdo que, Durante los dos meses que pasé en el frente, a diario albergábamos la esperanza de que nos reemplazaran para poder descansar, asearnos y cambiarnos de ropa. Sin Embargo, nee Sucedió, Porque, al parecer, no había nadie para hacerlo”. Sin tapujos, el que fue subsargento de la Guardia Filátiev, de la 6ª compañía, 2º batallón, 56º Regiment y 7ª División de Asalto Aéreo, beschreift déi grouss Faltas déi tiene un Ejército como el grandto al rusidad, queatan de grandto al rusidad, queatan de grandto aéreo. Lo recuerda como “un puto desastre, sabía que el maldito caos que había en tiempos de paz llevaría a uno en tiempos de guerra. Hoy mismo le han roto una pierna a otro al girar el cañón de mala manera, a otro más le han pisado un pie con una oruga. Este Ejército no necesita enemigos; acabará por Zerstéierung él Solo», an.


Pável Filátiev estuvo luchando en Ucrania Durante los dos primeros meses de la guerra Galaxis Gutenberg

Salvajes destinados al matadero

Durante unos años, Filátiev fue entrenador de caballos, hasta que “me volví loco y decidí volver al Ejército”. Junto huet e Compañero, kafen dës jonk Déieren a retten se fir de Matadero a behandelt se mat engem neie Liewen, fir supuesto mam Enn vun venderlos. Fue en la guerra cuando estableció que no hay tanta diferencia entre un soldado profesional –o “kontráktnik”– y un caballo salvaje. “Estás amaestrado, no tienes por qué saber nada, solo debes hacer lo que te manden. Ahora entiendo que me han utilizado, del mismo modo en que yo en otra época usaba a los caballos: recurriendo a la astucia (medios de comunicación y patriotismo), a la fuerza (la ley y el castigo), al azúcar (el salario), o al elogio (condecoraciones) y Promotioun)”, schreift. Algo que solo les ocurre a los hombres, pues “la abrumadora mayoría de mujeres que sirven en nuestro Ejército desempeñan una función decorativa,”Filátiev erkläert; “estoy in contra de que ellas sirvan en el Ejército ruso. Si no lo hacen en igualdad de condiciones, como en Israel o Estados Unidos, es better que no lo hagan.

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