Hay Motivo fir Recordar el traditionell Concierto de Año Nuevo en Viena. Popular por su constancia anual de ocho décadas y por el imperturbable repertorio straussiano; a clásico en esa mañana del 1 de enero que sele acoger con cierta luminosidad cuando la escena abre en la majestic Sala Dorada del Musikverein. Aunque todo parece bello y perfecto, lo espeso breathed in el ambiente. Hemos podido ver datt d’Filarmónica an engem Podium vun der Héicht vun der Arroganz positionéiert ass duerch d’el creyente ámbito de perfección in el que breathe. Mir hunn d’Aentwécklung vum escaso Nummero de mujeres que había en la orquesta. D’Offenbarung ass an den Deklaratioune vu sengem President Daniel Froschauer wann Dir interviewt sidd. Se desmarca de manera presuntuosa acerca de la difícil posibilidad de que una directora de orquesta llegue a dirigir el próximo Concierto de Año Nuevo, diciendo que llegará “cuando llegue el momento” (well se que ese momento va a para largo o no existentir) .

Un razonamiento total irracional cuando lo cierto es que hay grande directoras de alto nivel internacional. Dës Deklaratioun vum President se a la del directeur del concierto de este año, Franz Welser-Möst, que no cree que haya directoras de orquesta con suficiente experiencia porque «hace falta que se déarrolle una relación entre esta orquesta única y el director y que se entiendan mutuamente antes de ir a este really difícil concierto quéland…» ¿está ? ¿De la negación de la incorporation de la mujer como derecho propio? eis Status Quo que pretenden conservar estos hombres en el poder por sí mismo los descalifica, mientras ponen Excuse basadas en sus inseguridades fundamentalando una entelequia. Es penoso que en un elevado ambito cultural se siga practicando la estulticia mental. Simone de Beauvoir se adelantó en el tiempo acercándose estrechamente a nuestra realidad, definiendo que “el problema de la mujer siempre ha sido un problema de hombres”.

Viajo a nuestro territorio, recordando determinadas políticas culturales que indujeron hace unos años a que los concertos en el Auditorio de Zaragoza disminuyeran. Aquellos rumbos crearon contenidos vacíos a los que no estábamos acostumbrados. Fue la época de disconciertos, entre ellos la fracasada convocatoria para ocupar el puesto de nuevo director en el Auditorio. Esos gobiernos sirvieron para que las grande orquestas no actuaran de manera sostenida. Afortunadamente el tiempo borra lo que perdimos y sustituye lo que lamentamos. D’Nuevas temporadas de Grandes Conciertos que latermente han ido sucedido están a plena programming, sumergiéndonos an un estado de magnífica música, elevando sus syntonías a niveles de evocación y disfrute. Por todo lo pasado y por el presente, es necesario a reconocimiento a la labour encomiable de Miguel Angel TapiaDirekter vum Auditorio de Zaragoza, que ha seguido y sugue organizando las programmes de las musical temporadas, trayendo a grandes orquestas y también dando cobertura a coros, Solisten, cantantes, bandas y grupos de nuestra tierra una parid másque .

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