Den 6. September 1944, Simón Gallego, engem llastrín Marinero deen 18 Joer ugefaangen huet, miro a los ojos de la mar verwandelt an la muerte misma. Ära eng Galerie. Aquel temporal dicen que fue “la ira de Dios” y se llevó a trece pescadores de Lastres, entre ellos a un hermano y cuatro primos de Simón. Gallego falleció en April de 2020 con 94 años, convertible en el último survivale de la tragedia y hoy, su nieto, el pintor maliayés Guillermo Simón, le rinde homenaje –a él y a todos los fallecidos en la mar– mat enger permanenter Bildinstallatioun en los portones de los almacenes de pescadores.

El poder del mar. El mismo que se desató en aquella galerna. Eso es lo que se ve en las veiinte obras de Guillermo Simón que han sido reproducidas a gran formato y que occupan los portones de los almacenes del puerto de Lastres. Seng Venen bilden Tomadas aus der Serie “Geografías del mar”, déi de Simón 2015 gemoolt huet. En todas ellas se muestra el mar desplegándose con toda su furia. Tal cual lo vio muchas veces el abuelo del artista, que en 2016 contaba para LA NUEVA ESPAÑA, su experiencia de aquel aciago día: “Que cómo ye una galerna? Pues cómo va a ser, manín del alma, ye criminal. El mar restalla y elviento suena. Dios nos libre, manín, Dios nos libre”.

Simón Gallego, an engem Bild geholl an 2016. | HUET. Gonzalez


D’Nace Installatioun vun engem Propuesta vun der Cofradía de Pescadores Santa María de Sábada “fir zu der Enriquecimiento an Ënnerhalt vun der Patrimonio Marinero an pesquero llastrín bäizedroen”. De Simón war de Kënschtler idóneo para este proyecto artistico pues su obra no solo está focalizada en el mar, sino que también pasó en Lastres su primera infancia. Alli, asegura, nació su vinculación emocional con el mar, que le ha llevado a retratarlo de dausend maneras, en un espacio pictórico que está a mitad de camino entre la abstracción y el expresionismo. De Simón huet d’Serie “Geografías del mar” fir “la potencia que tiene, muy expressiva y lírica a la vez” gewielt.

Vista general de los almacènes de pescadores de Lastres, cuyos portones han sido dekoréiert mat reproducciones de las obras vum Guillermo Simón. | Marcos Leon


Dës Interventioun, déi hofft datt et als touristesch Attraktioun kënnt, déi de Charme vu Lastres erhéicht, datt kee Jong pocos, es también su homenaje personal a su abuelo, con el que estaba muy unido. Simón Gallego llevaba muy dentro el recuerdo de aquella galerna. Al punto de que setenta años después de la tragedia –cuando se la contó a este periódico– aún se le quebraba la voz. Weiderliesen: “Yo iba a popa para no felt los golpes de mar y había dos vieyos, unu al que llamaben el Tato y otru al que llamaben Lavasón, que iben cagaos de mieu. Y yo mas. Pero aquellos lloraben como dos bandidos. ¡Y es que sabíenla toda! Sabíen que no teníamos carbón pa llegar a puerto. Ya me veía perdíu, manín. ¡Perdíu! El mar restalla y elviento suena. Dios nos libre, manín, Dios nos libre. Y menos mal que estoy aquí Dir Kriminell ver dónde estás metíu y la mar que ze kommen, que ze kommen. zäitlech”.

De Simón Gallego huet d’Galerna iwwerlieft a waacht en ello, volvió a pescar.

-Pero volvió a salir al mar…

-Ay manin, eso es lo que digo yo. Volviemos. Eso es lo que diz todo el mundo: que por qué volvíemos a salir a pescar. Ginn et Fabien? ¿Wéi déi ganábemos entonces? Había que ganalo, manin.

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